martes, 4 de noviembre de 2014

Vuelaboli. Nodos. Adular. Monte del Gozo.

Fumarolas: 4 noviembre 2014
Fragmentos
 

-Sigue y sigue como ciertas pilas.
-No hagas propaganda, Anastasio.
-Eso para la tele, Zacarías, donde lo ven y escuchan millones de espectadores, pero mis “Fumarolas” no pasan de aquí.
-¿Quién sabe? Hay fuegos que se propagan cuando menos te piensas. Hay hasta muertes con cigarros mal apagados: salta la chispa, prende la ropa y el fuego se extiende. ¿Qué son los volcanes sino fuegos escondidos, que salen afuera porque no caben dentro? Igual les puede pasar a estas hojas escritas a vuelapluma en mi camarín.
-Dirás a vuelaboli, que lo de pluma quedó para la historia.
-Viene a cuento con lo visto esta mañana.
-¿Qué es lo que has visto, Anastasio?
-NODOS de los años cincuenta. ¡Cómo he recordado cosas que ocurrían en mi juventud! Sí, Zacarías, esos NODOS eran como mis Soflamas, que en su día nadie pensaba que años después se vieran con la ilusión que yo los he visto. Se guardan, permanecen ocultos y luego aparecen de nuevo.  
-Habrás gozado con los NODOS.
-Pues sí, he gozado y he sufrido viendo que todo aquello pasó, aunque lo quieran traer como recuerdo. 
-Tú mismo has dicho que la vida es una procesión que no tiene vuelta, de la que van saliendo unos y entrando otros.
-El “para siempre” no se asume fácil.
-¿Qué había para ti, Anastasio, antes de nacer tú? Y la procesión ya existía. ¿Puedes quejarte, acaso, de las desgracias y reveses que hubo antes de venir al mundo o gozar de las glorias que ocurrieron? Pues lo mismo será después. Un día  te quedarás dormido y no despertarás.
-O volverás en otra dimensión y verás de otra manera lo que antes hacías, lo que pensabas y hasta lo que querías que sucediera, Zacarías.

Leo en un Pensamiento de la Duquesa de Abrantes, que “La adulación es una moneda que empobrece al que la recibe”. Miro el Diccionario de la Real Academia: “Adular es decir con intención, a veces inmoderadamente, lo que se cree que puede agradar a otro”. 
El fallo del Pensamiento, para mí, puede estar en el adverbio. Porque siempre es bueno decir a otro cosas que le agraden. No creo que digamos nada malo con la adulación si es verdad lo que decimos. Quizás hagamos pasar un día feliz a quien la reciba. 
-Pero inmoderadamente o con intención morbosa es distinto. –Sí, que aceptar todos los elogios y alabanzas como justos, puede mostrar un espíritu pobre o megalómano. Pero, hasta en estos casos, perdonable, que no hay persona que se sienta desgraciada por recibirlos.

Llegaron al Monte del Gozo, llamado así porque desde su cima se ven las torres de la Catedral y el gozo que ello produce al peregrino.


                                                                                  Francisco Tomás Ortuño. Murcia

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