lunes, 24 de noviembre de 2014

Hay trabajos y trabajos.

Fumarolas: 24 noviembre 2014 

Fragmento
      -Los jubilados, Raúl, seguimos en la sociedad contando lo que vemos, pero sin participar en ella. Somos el grupo de los “Ya no”, que te dije. Cada año, unos se incorporan y otros salen. Los que cumplen la edad de jubilación, salen;  los que llegan a la edad reglamentaria, entran. Por eso vi que en la sociedad hay tres grupos de`personas: los que no han llegado, que llamé los “Aún no”, como los niños y adolescentes; los que llegan a la edad de jubilación, que llamé los “Ya no”. Y los que trabajan en algún sector productivo de la sociedad, que llamé “Los otros”. Ahí quedan incluidos todos los que somos o podemos estar.
     -Hay excepciones, como en todo, Senén; los enfermos que pertenecen a un grupo y tienen que estar en otro; por ejemplo, el que padece de artritis crónica y tiene cuarenta años; los futbolistas cuando dejan de jugar; los que no tienen trabajo, que son cinco millones… ¿dónde los incluyes?
     -En los jubilados, Raúl, en los jubilados hasta que encuentren trabajo; son trabajadores potenciales, obreros dispuestos pero no efectivos. No como los que tienen edad de jubilarse, que salen fuera, ni los que no tienen edad, que no han entrado.
     -O sea, por lo que dices, Senén, se convierte la sociedad en una plaza de toros, o en un campo de fútbol. En las gradas los que aún no son y los que abandonaron la cancha. En el terreno de juego “los otros”.  
     -Y aquí encuentras muchas clases de obreros: unos que miran como si hicieran; otros que tocan la guitarra; otros que se dedican al teatro; otros que se escaquean por oficinas, viajes, foros, etc. o sea que son la mayoría y no dan golpe por más que tengan la sacrosanta edad de trabajar; y, por fin, unos pocos que verdaderamente trabajan como es debido. 
     -Es que hay trabajos y trabajos, Raúl. No vas a comparar el trabajo de los políticos con el trabajo del campo. Y los dos son necesarios. Sin los unos nos gobernaba la anarquía; sin los otros no podíamos comer.
     -¿Sabes, Raúl?, en “Los otros”, es decir, en los que tienen la edad de producir, encuentro muchas desigualdades. ¿No crees que se debía estudiar mejor ese terreno para limar injusticias y equilibrar desigualdades? Todos trabajadores de nombre, pero unos producen y otros no; unos trabajan y otros miran trabajar, no sé si me explico. 
     Quiero decir que se debía estudiar, con luz y taquígrafos, cuántos hay de cada especie, cuántos son necesarios en cada lugar y cuánto cobra cada uno. No hay derecho a que unos no lleguen a fin de mes trabajando y otros se pasen sin trabajar. ¿Es justo que salgan Pujoles, Urdangarines, Bárcenas y tantos desaprensivos, mientras que otros no puedan comer?


                            Francisco Tomás Ortuño.  Murcia

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