miércoles, 4 de febrero de 2015

La crisis.

Fumarolas:  4 febrero 2015
Fragmento

-La profesión de albañil, Alejandro, está en vías de extinción con la crisis que tenemos.
-¿Y quién va a construir las casas nuevas, Blas?
-Hicieron tantas antes que ahora sobran hasta el año tres mil. Con el tiempo, los primeros años del tercer milenio, se estudiarán con lupa. “¿Dónde empezó el terremoto?”. “¿Quién fue el pirómano que lo produjo?”. “¿Cuándo tuvo lugar la primera corriente sospechosa de propagarse como un fuego devastador?”. Porque hay un parangón tremendo, indubitable, con los fuegos incontrolados que se producen en verano.

-La crisis que padecemos hoy en España, Alejandro, tuvo un origen y un cerebro que la produjo. Ante un movimiento sísmico, se conoce la intensidad del mismo y sus consecuencias; ante un fuego de monte, se saben las miles de hectáreas calcinadas; ante la crisis que padecemos, deberemos saber cómo se produjo y quién fue el culpable.

         
Fue, sin duda, empezar el milenio y el mal se desmelenó. Como un terremoto que empieza a bramar y se hunden iglesias y casas; como un incendio, que corre en todas direcciones sin poderlo detener, apareció un día y todo lo cambió.

“¿Qué está pasando?”, dijeron los constructores. “¿Qué ocurre?”, se preguntaron los herreros, carpinteros, pintores, transportistas, gruístas y demás trabajadores. Todo quedó paralizado, pasmado, quieto, como la imagen detenida de un televisor. El dinero dejó de circular; y los Bancos no solo no dieron dinero  sino que reclamaron el que habían dado.

Se llamó crisis a la nueva situación que devino del desastre. La gente no encontraba trabajo, la sociedad pasaba hambre... ¿Tú ves cómo queda un pueblo tras un fuerte vendaval como el que tenemos estos días? Pánico y asombro. Con la crisis, así quedó el país.


                            Francisco Tomás Ortuño.  Murcia

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