sábado, 14 de febrero de 2015

Frases como pinceladas.

Fumarolas : 14 febrero 2015
Fragmento

         Ayer, sobre las doce, escribí sentado en un banco del Malecón.  La mañana era tranquila, agradable. De vez en cuando, alguien pasaba cerca de mí. El Parque del Malecón es un remanso de paz. ¿Cómo salen de Murcia los murcianos?  ¿Qué buscan fuera que no tengan aquí?
         Un señor joven, de poblada barba, pasó cerca con dos niños de corta edad; debían de ser hijos suyos: una niña como de siete añitos y un niño como de cinco. Se detuvieron y hablaron como personas importantes, como de temas profundos.
         Este Señor barbado debía de ser Maestro, o, al menos, lo parecía: a los niños hay que hablarles así, como a personas importantes, con razonamientos serios.
         Otro Señor vino hacia mí; también con él iban dos niños, como de siete años. Llevaban un balón entre sus pies. También este Señor, con un chándal sobre sus hombros, parecía ser el mejor padre del mundo, y el mejor Maestro.

         Yo quisiera pintar como Sorolla, pero escribiendo. Él utilizaba los pinceles y pintaba bellos cuadros de su realidad próxima: un pescador, un bañista, señoritas tomando el sol… Una pincelada aquí, otra allá, y expresaba lo que quería.
         Yo quisiera ser pintor, pero escribiendo. Que quien leyera captara fielmente mi pensamiento: un parque tranquilo, una fiesta familiar, una estación de tren… Que respirara incluso mis sentimientos.
         El pintor y el escritor se parecen mucho: uno pinta con colores, el otro con frases. ¿Qué son las frases sino pinceladas del pintor?


                           Francisco Tomás Ortuño.  Murcia

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