jueves, 8 de enero de 2015

Velocidades.

Fumarolas: Sorprendente
Fragmento

Terminé mi anterior etapa de “Fumarolas” con la Tierra, girando con suma precisión alrededor de su estrella.
Recuerdo que me pregunté a qué velocidad íbamos sobre su lomo, y como los números me han gustado tanto, hice las cuentas como las hacía siempre, antes de aparecer las máquinas calculadoras; tiré de papel y bolígrafo y me puse a calcular.
La Tierra dista del Sol 150,000.000 de kilómetros. Siendo esta distancia  el radio de una circunferencia, calculé la longitud de la misma con el “dospierre” que me enseñara mi Maestro. Dos por tres catorce por ciento cincuenta millones, igual a nueve mil cuatrocientos veinte millones de kilómetros. 
Luego dividí este camino que recorre la Tierra en un año por trescientos sesenta y cinco para saber lo que recorría en un día: dos millones quinientos ochenta mil ochocientos veintiún kilómetros. Por últimos,  dividí esta cantidad entre veinticuatro y me dio ciento siete mil quinientos treinta y cuatro, que eran los kilómetros que andaba el Planeta Tierra en una hora. O sea que su velocidad constante era de esos ciento siete mil por hora. Más de cien mil como te dije.
Siempre aproximadamente, porque en primer lugar la distancia al sol es de ciento cuarenta y ocho millones de kilómetros y no de ciento cincuenta. Luego que la circunferencia es una elipse y el Sol ocupa uno de los focos. Además, que la Tierra lleva al mismo tiempo otro movimiento, el de rotación sobre su eje.
-Y que el Sol se va moviendo también y la Tierra  lo sigue en su desplazamiento como el gato al ratón: que te pillo y se escapa.
-Con todo se calcula aproximadamente que se mueve a la velocidad que te dije antes: cien mil por hora, que no está mal. Un caballo corre a noventa; un coche, a cien; un avión, a mil; y la Tierra a cien mil por hora. Escalofriante.


               Francisco Tomás Ortuño. Jumilla (Murcia)  

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