Fumarolas: 26 enero 2015
Fragmento
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“Hay ojos que ven más allá”, dije. Pensaba en los ojos del alma, con los que vemos lo que no se ve con los ojos de la cara. El cuerpo y el alma tienen ojos. Con los del cuerpo vemos lo material que se ofrece delante; con los del alma vemos otras cosas. Los santos, arrobados, cierran unos para hablar con Dios.
Cuando Santa Teresa decía “Vivo sin vivir en mí, y tal alta vida espero –que muero porque no muero”, ¿tú crees que necesitaba mirar con los ojos del cuerpo? Ella, en esos momentos, solo tenía alma, espíritu, con sus potencias propias y sus delirios.
Las monjas de clausura pueden prescindir de su vista material: para hablar con Dios, con los ojos del alma basta. A los científicos, en cambio, que se mueven con microscopios, de poco les servirán los ojos del interior.
Francisco Tomás Ortuño. Murcia
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