jueves, 15 de enero de 2015

Minutario.

Fumarolas: 15 enero 2015
Fragmento

-¿Qué libro lee Guillermo?
-Su libro de oraciones, Canuto. En la Obra ocupan bien el tiempo; saben que hay muchos minutos en un día, que dan para muchas actividades.
-Mil cuatrocientos cuarenta, ni uno más ni uno menos.
-Menudo arsenal. Repartiéndolos bien, se saca para leer, para trabajar, para pasear, para dormir, para todo. A otros se les va de  entre las manos como la arena de un reloj; y es que lo administran mal.  Son listos estos “Obreros”.
-El listo fue el que lo dispuso así, y es bueno que las cosas se digan, Canuto. Hasta Jesús les dijo a sus discípulos: “Id a predicar por todo el mundo”, que era como decir: “Id por los pueblos diciendo lo que habéis visto: cura a los enfermos, multiplica los panes y los peces, resucita a los muertos…”. ¿Tú crees que si los que vieron estas cosas se hubieran callado, las sabríamos nosotros? Hay que hablar. Si San Josemaría hizo el milagro de multiplicar el tiempo para que diera un día para tanto, hay que decirlo. “No tengo tiempo”, se oye a menudo. “Sí lo tienes: haz lo que hizo el Fundador.
-¿Qué es lo que  hizo?
-Un horario, simplemente un horario. O mejor, un minutario: “Me levanto a las siete; de siete a siete y cuarto, desayuno; de siete y cuarto hasta la media…  Verías cuántas cosas puedes hacer.
-Voy a probar desde mañana.
-Resulta hasta divertido. Muy cómodo decir: “No tengo tiempo para nada”, cuando se tiene de sobra para todo. Hay que hablar, hay que pregonar lo que queremos que se sepa. Si San Josemaría dijo que el hombre podía ser santo donde trabajara, que tenía tiempo cuando otros no lo encontraban, y cómo sacarlo, habrá que decirlo…


                            Francisco Tomás Ortuño.  Murcia

No hay comentarios:

Publicar un comentario