Fumarolas: 12 enero 2014
Fragmento
…
En la capilla he observé con curiosidad la escena que se ofrecía a mi vista. Había en un banco tres mujeres ancianas de “la casa”. Una monjita llevó a un anciano y lo puso entre dos de las tres mujeres. Desde el primer momento se vio que no lo admitieron: el pobre apenas podía moverse teniendo sitio de sobra si ellas hubieran querido.
Perdona, amigo Blas, que estuviera más pendiente de la escena del banco que de tus palabras. Creo que nadie se ha dado cuenta, pero era terrible la guerra que se libraba. Así, han pasado la Misa sin ceder un centímetro las tercas mujeres para que el nuevo inquilino pudiera estar cómodo.
Luego he pensado que la convivencia humana no es lo que parece. Uno se piensa que es pacífica y amable, cuando lo que hay es discordia o guerra disfrazada. Lo vi claro en la escena de la Residencia, cuando don Blas decía la Misa y cantaba: “Con Cristo, con Él y en Él…” con voz que quería imitar a los propios ángeles.
¿Había su poco de vanidad en el canto? Ojo, pues, con ese mundillo interior que todos llevamos, donde fácilmente se cae en las redes del tentador.
Francisco Tomás Ortuño. Murcia
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