Fumarolas: 10 diciembre 2014
Fragmento
Murcia, las cinco y media de la tarde, donde mismo ayer pero sin mujer a mi lado. Los martes abre su Academia de pintura y vienen las mujeres a aprender. Qué bien lo pasan pintando y hablando de cosas diversas. Me temo, conociendo a mi señora, que si se sobrepasaran un pelín en la conversación, les diría: “Aquí venimos a pintar y no de “marujeos”, y recondujera la conversación o la cortara. Y no digamos si se desviara por caminos de murmuración. Seguro que entonces se opòndría tajantemente a que siguieran.
-Trabajo tiene con mujeres que solo emplean la mano y tienen la boca libre para hablar y la cabeza llena de pájaros de lo que ven en la tele. Hay tanto chismorreo en algunas cadenas…
-Es que el silencio no perjudica a nadie, ni al que lo practica ni al que lo sufre.
-La diferencia entre la murmuración y la calumnia es clara: Murmurar es decir de otro algo negativo pero verdadero, y calumniar es decir algo falso de otra persona. Si malo es lo primero, peor es lo segundo. Yo escribí una Décima sobre la Murmuración, que paso a copiarte:
Tiré una piedra al azar,
Sin saber dónde tiraba,
Y a un pájaro que pasaba
La piedra vino a matar.
Lo mismo suele pasar
A los que van murmurando,
Que por doquier van tirando,
Con la mejor intención,
Sus buenas piedras, que son
Mortales de cuando en cuando.
-¿Y dices que es una Décima?
-Sí, una estrofa de diez versos que riman así: A B B A A C C D D C, y se llama Décima o Espinela por su inventor Vicente Espinel.
-Pues hay programas que enseñan y no critican como los Grandes Documentales, que no me canso de ver. Esta tarde he gozado con los colibríes. ¡Cómo tienen el pico largo y adaptado para sacar el néctar de las flores!, ¡qué velocidad para moverse en el aire! Entre las clases de colibríes, me ha llamado la atención sobremanera el colibrí cola de espátula, con unas plumas sueltas detrás que utiliza para seducir a la hembra y que esta lo elija entre otros machos en su apareamiento: “Yo soy mejor, mira lo que sé hacer”, parece que le dice.
-Qué maravilla el mundo animal. A dónde llega el instinto para comunicarse; cómo preparan los nidos para que nazcan sus hijos; cómo los defienden luego de sus depredadores… ¿No son muchas veces ejemplo a seguir por los humanos?
Francisco Tomás Ortuño. Murcia
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