miércoles, 17 de diciembre de 2014

El secreto de la baronesa.

Fumarolas: 17 diciembre 2014
Fragmento

Ayer leí de un tirón “El secreto de la baronesa”, de Vicente Blasco Ibáñez. Es una novela de fecha 26 de febrero de 1926, prologada por un admirador de Blasco Ibáñez; el cual –Antonio Precioso- da cuenta de la altura social a que había llegado el novelista en España y en el extranjero.  

Creo que esta admiración le lleva a exagerar en algunas ocasiones, si bien ayuda a conocer mejor al escritor. Cuenta el panegirista que el Maestro se casó con una americana millonaria “bella y gentil dama chilena, culta y afable”. Pero será hipérbole cuando dice que “con el dinero que reúne esta ilustre y célebre pareja  se podría cubrir de billetes de mil pesetas todo el suelo de España”.

He sacado cuentas, y resulta la fortuna del novelista ascendería a más de treinta billones de pesetas, lo que parece exagerado. Con todo, como digo, es para tener en cuenta que nuestro personaje no estaba en la indigencia ni mucho menos.

En la prosa se advierte la soltura y galanura de un artista de las letras; y por si fuera poco, mantiene el interés hasta el final, dejando cuando se termina el sentimiento de haber pasado un  buen rato leyendo y un profundo pesar de que no siguiera.

Retrata una época de títulos nobiliarios, que chocan hoy. La pobre Marina, hija de la baronesa, sufre en sus carnes el dolor de un orgullo de clase, que le lleva a perder a un hijo sin conocerlo. “El amor, como los ríos, va de arriba abajo”. Y aquella pobre mujer, que tuvo un desliz con la única persona que trató, vive pensando cómo sería su hijo si viviera.

Novela para que leyeran las abortistas. Novela que explica el dolor de una madre que no ha podido conocer al hijo que concibió, por los prejuicios de una familia noble. Bien por Blasco Ibáñez. Leeré otras novelas del célebre autor valenciano.


                             Francisco Tomás Ortuño. Murcia

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