sábado, 6 de junio de 2015

Amón.

Fumarolas : 2 junio 2015, martes.

Murcia, las diez, en mi celda o cuchitril. San Amón, mártir como Zenón y Ptolomeo. Se cuenta que en el juicio terrenal flaqueaban y se daban ánimos los unos a los otros para no faltar a su fe.
Confieso que no había oído antes el nombre de Amón, tan parecido a Amós en mi familia pero que nada tienen que ver.
Puestos a imaginar, pudo ser que se juntaran los dos santos en alguna parte, alguna vez, y tuvieran que dar sus nombres en alguna ventanilla. 
-¿Su nombre, por favor?
-Amós.
-¿Amor?
-No, Amós, como el profeta; a-m-o-s, con acento en la o.
-No hace falta que me dé tantas explicaciones; ¿o es que piensa que no sé lo que son profetas? Anunciaron la venida de Jesucristo; que nacería en Belén de una Virgen; que moriría en una Cruz por nosotros, y que resucitaría.
-Sí, sí, exacto; y, gramaticalmente, que es palabra aguda y lleva tilde, que muchos no saben qué palabras agudas llevan acento ortográfico.
-Este señor que tenemos a la derecha, ocupó su puesto por recomendación, y no sabe hacer la o con un canuto.
-Se ve a la legua que usted tiene estudios y sabe eso y más.
-Se lo voy a decir para que no tenga dudas: Llevan tilde las palabras agudas acabadas en ene, ese o vocal, como balón, anís, José.
-Igual sabe usted que las palabras esdrújulas se acentúan todas, como médico, máximo o Córdoba. Y que “Raúl” lleva acento por una regla que dice: “Si se juntan una vocal fuerte y una débil y la acentuación prosódica carga en la débil, debe llevar tilde en cualquier caso”, como tío, mía o baúl.
-No, esa regla no la conocía: ese día no fui al Colegio, ¿y sabe por qué? Porque estuve en cama con gripe: si no, claro que lo sabría.
-Hay muchos que ese día faltaron a Clase, no se preocupe.
-Pasemos a usted; ¿cuál es su nombre?
-Me llamo Amón, para servirle.
-¿Cómo su compañero?
-No, yo soy Amón, que nada tiene que ver con el profeta, que yo sepa.
-¿Me quiere tomar el pelo? ¿No era su amigo Amón?
-Él es Amós y yo Amón, a-m-o-n, con acento en la o.
-Qué casualidad, dos nombres tan parecidos y juntos a la vez en mi ventanilla. Si no lo veo no lo creo; mire que llevo años en esta oficina, pues es la primera vez que vienen dos juntos con nombres tan raros, uno Amón y otro Amós. Es que lo estoy viendo y no me lo creo. Porque no será una broma, ¿verdad?, que a mí no me toman el pelo. ¿Cuándo celebra usted su santo?
-¿Quién yo? El primero de junio.
-¿Y usted?
-El treinta y uno de marzo.
-Es que si van de pitorreo, conmigo no juegan, ¿saben?
Y aceleraron los trámites para acabar pronto y finiquitar lo que tenía mal cariz.

Francisco Tomás Ortuño. Murcia

No hay comentarios:

Publicar un comentario