lunes, 11 de mayo de 2015

Un maestro ejemplar.

Fumarolas  :  11 Mayo 2015, San Justino
Fragmento

Murcia, las doce, junto a la ventana que da a la calle “Maestro Salvador Ortiz”. No es que sea una gran avenida, pero ahí está con sus placas en ambos extremos, entre “Pintor Sobejano” y “Federico Balart”.

Salvador era maestro en “San Andrés” cuando yo vine a Murcia, en el año 1.981. Hasta que se jubiló, estuvo con niños de tercero,  en la segunda planta. Se veía a la legua que era un maestro ejemplar.

Quería a los niños y los niños lo querían a él. Era de estas personas que nacen para ser maestros y fuera de la escuela no saben estar. Buen maestro, buen compañero y buen amigo.

Una Semana Santa me dejó su balcón para ver con mi familia, de cerca, los pasos de Salzillo. Hay personas buenas por naturaleza, y lo extraño sería que no obraran así. Más difícil es la ascética de quienes tienen que luchar para conseguirlo.

Sus alumnos luego, agradecidos, consiguieron del Ayuntamiento que le pusieran su nombre a una calle. No es muy relevante, como digo, que apenas tiene cien metros, pero para su familia será, sin duda, la calle más importante de Murcia.

Si viera él esta calle desde su nueva residencia, que cae debajo de mi ventana, y leyera su nombre en unas placas, no sé lo que pensaría. Tal vez se sonriera de las vanidades del mundo, o se alegrara porque fueron sus alumnos los que pusieron su nombre. Un abrazo, Salvador.


Francisco Tomás Ortuño. Murcia

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