viernes, 29 de mayo de 2015

Prevaricar y cohecho.

Fumarolas: 29 Mayo 2015, viernes, San Máximo
Fragmento
-Explícame, que no lo veo claro, qué es cohecho y qué es prevaricar. Se repiten mucho en los medios.
-Cohecho, Justina, equivale a soborno. Si un juez recibe regalos a cambio de favores en sus sentencias, está cometiendo cohecho. He dicho juez porque es lo que más se lleva. Y nada peor para un país que jueces que se vendan. Los jueces deben ser inflexibles. Si fallan en su función de dictar sentencia conforme a Ley, la nación se pierde.

Llevamos unos años de desconfiar de los Tribunales por aplicar justicia  a gusto de los políticos. Un Gobierno que busca apropiarse el poder de legislar, cae pronto en la tiranía. Pero el cohecho se da también en otros ámbitos. Es una compra a cambio de favores. ¿Quién no conoce casos de sobornos? Cohechos se han dado en Tribunales de Oposiciones. Era lo que se llamaba recomendaciones.

Un Inspector formaba parte de un tribunal en Magisterio. El padre de un opositor me pidió que hablara con él. Y yo, como amigo, le pedí que le ayudara. Cuando terminaron los exámenes y aprobado que hubo, recibí una nota suya recordándome que mi recomendado había aprobado. Estos  favores solían devolverse. ¿Qué buscaba con la nota sino el pago a su intervención?

Así se lo hice saber al padre del opositor aprobado, quien, agradecido, regaló al Inspector un jamón y una caja de botellas de vino. Cohecho. Mi amigo Inspector me dijo luego: “Yo no les ayudo, pero me quedo con el nombre de los que acuden a mí pidiendo ayuda. Finalizadas las pruebas, aviso a los que han aprobado”. Me consta que no ayudaba al opositor, pero con recoger más tarde su regalo, cometía cohecho.

Prevaricar, Justina, es dictar un juez sentencia injusta con conocimiento de lo que hace. La prevaricación y el cohecho van de la mano: ambos reciben a cambio. Vienen a ser la misma cosa. Dios nos libre de jueces prevaricadores.


Francisco Tomás Ortuño. Murcia

No hay comentarios:

Publicar un comentario