domingo, 24 de mayo de 2015

Id y predicad.

Fumarolas : 22 Mayo 2015, viernes, Santa Rita

Murcia, las ocho, en mi camarín o estudio. Ciento cuarenta y dos días que se fueron ya del año, como se irán los doscientos veintitrés que quedan por pasar. El Evangelio del domingo pasado cuenta que Jesús se apareció a sus discípulos y les dijo: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio”. Después se fue al Cielo y ellos se fueron a predicar.

-Tuvo que ser duro el comienzo de la Iglesia, Hilario. “Id y predicad por todo el mundo. Y se fue al Cielo”. ¿Te imaginas la escena de los apóstoles cuando se vieran solos? “Dejemos a nuestras familias y partamos: unos hacia el norte, otros hacia el sur, estos por aquí y estos por allá”.

-¿Y qué decimos? -preguntaría alguno.
-Pues eso –contestaría Pedro-, que Jesús murió y ha resucitado; y que cuando mueran subirán al Cielo a estar con Él para siempre. Y los que crean que lo digan a otros.
-¿Y si nos pegan por no estar de acuerdo con sus creencias? –respondería alguien- ¡Buenos son estos romanos!

Tuvieron que tener momentos de dudar y de tener miedo. Pero una fuerza interior los mantendría. Sabían que había resucitado el Maestro y que había subido al Cielo, ¿qué más necesitaban? Su fe sería vital para decir fuerte y donde fuera que Jesús era Dios. “Le vimos curar enfermos, andar por encima de las aguas, resucitar a muertos ¿qué más pruebas queréis?”. Así estarían unos días, animándose los unos a los otros para empezar su gran labor.

Pedro, desde el primer momento, fue cabeza del grupo:
-“Id y predicad por todo el mundo”; eso es lo que nos ha mandado,  que Dios se hizo hombre para salvarnos, que murió en la Cruz por nosotros y luego resucitó. ¿Qué importa que nos maten? Nadie como nosotros sabe que es cierto lo que vimos. ¿O no? Si alguno duda que es verdad lo que predica, si no cree lo que dice, mejor que esté callado. ¿Cómo va a transmitir su fe si no la tiene? Para enseñar la fe hay que estar lleno de ella, hay que arder para que vean el fuego que lleva dentro. Si no es así, mejor quedarse en casa y que otros difundan sus creencias.
Y partieron. 
Francisco Tomás Ortuño.  Murcia

No hay comentarios:

Publicar un comentario