viernes, 3 de abril de 2015

Narciso.

Fumarolas : 27 marzo 2015

Murcia, las nueve, en mi camarín, San Narciso. ¿Sería San Narciso del Cielo, narciso en la tierra, Julián?
-¿Qué quieres decir? Aquí sería también Narciso, como tú eres Francisco y yo Julián. En el Cielo es Santo porque en la Tierra cumplió con los Mandamientos de la Ley de Dios.
-Me refiero a lo que entendemos por “narciso”: el que mira mucho por su compostura.
-Podía ser, que también estos narcisos van al Cielo. Y no es lo mismo cuidar la figura que ser amanerado.
-¿Qué entiendes tú por ser amanerado?
-Una forma peculiar de ser: hablar de otra forma, andar de otra manera y   comportarse de otro modo. Como una raza dentro de la raza humana. Como los gitanos, por ejemplo, que se distinguen de los payos siendo personas iguales. Algo así, pero que van al Cielo también. San Narciso pudo ser lo mismo Narciso que un afeminado.
-Se te escapó, Julián.
-¿No pensabas tú lo mismo?
-No debemos llamar a estos hermanos nuestros peyorativamente. Nacen como tú, pero son de otra manera. Pueden estar orgullosos de ser como son, como los albinos de ser blancos de piel.
-Y de hecho lo están ¿Acaso tú no estás orgulloso de haber nacido en España, y los rusos de haber nacido en Rusia, y los americanos en América?
Fue Platón el que dijo que estaba orgulloso de haber nacido hombre, en su tiempo y en su país. Cada cual debe sentirse feliz con su suerte. Así que no creo que San Narciso  sintiera lo más mínimo haber nacido como lo nació su madre. La suerte ya viene dada en el parto… o antes.
-Nos hemos extendido más de la cuenta con el nombre. ¿Sabías que narciso es también una planta de hojas largas y puntiagudas y flores olorosas blancas o amarillas? ¿Qué importa que San Narciso fuera en su vida terrenal alto o bajo, rubio o moreno? Me quedo con la “Lectura del día” que me deja mi mujer para que lea: “Vivid en el amor”.


Francisco Tomás Ortuño.  Murcia

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